y tontos todos los días. Hay días en los que te acuestas y
te preguntas para qué mierdas te habrás levantado. La cuestión está en no hacer
de tu vida una sucesión indefinida de esos días. Y cuando eso pasa, ¿qué? ¿Qué
pasa cuando te despiertas una mañana sabiendo que te vas a comer la misma
mierda regurgitada de ayer? ¿Te la comes o pides la cuenta y a otra cosa? No sé
tú, pero a mí siempre me pareció muy elegante chasquear los dedos y gritar “
¡la cuenta!”
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