7 de marzo de 2013

Lo importante es hacerse preguntas.

Buenos días tardes noches. Llevo unos meses en crisis vocacional. ¿Quién soy? No lo sé. ¿Hasta dónde puedo llegar? No lo sé. ¿Qué voy a hacer? No lo sé. ¿A dónde me voy? A la mierda.
Este vacío asusta. Da miedo no tener respuestas a preguntas sobre tu propia persona, porque de repente te das cuenta, de que de lo que realmente tienes miedo, es de que la nada sea la respuesta. Pero siendo razonable, ¿qué es lo que estoy buscando? Una respuesta. ¿Seguro? ¿Me daría menos miedo estar segura de quién soy, de lo que soy capaz y de lo que voy a hacer? Se supone que la angustia acaba resolviendo el interrogante, pero tal vez el problema no sea necesariamente la pregunta y la respuesta la solución. Tal vez la respuesta sea un problema aun mayor que la propia pregunta. ¿Qué pasa si te encuentras con una respuesta que no te gusta? ¿Cuál es la siguiente pregunta?

No hay comentarios:

Publicar un comentario