Este vacío asusta. Da miedo no tener respuestas a preguntas
sobre tu propia persona, porque de repente te das cuenta, de que de lo que
realmente tienes miedo, es de que la nada sea la respuesta. Pero siendo
razonable, ¿qué es lo que estoy buscando? Una respuesta. ¿Seguro? ¿Me daría
menos miedo estar segura de quién soy, de lo que soy capaz y de lo que voy a
hacer? Se supone que la angustia acaba resolviendo el interrogante, pero tal
vez el problema no sea necesariamente la pregunta y la respuesta la solución.
Tal vez la respuesta sea un problema aun mayor que la propia pregunta. ¿Qué
pasa si te encuentras con una respuesta que no te gusta? ¿Cuál es la siguiente
pregunta?
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