9 de marzo de 2014

Mote

A veces (casi siempre) odio lo que escribo. Lo releo, pienso en ello durante cinco minutos y concluyo con que soy imbécil. Pero supongo que no lo borro y sigo alimentando este blog de vez en cuando, porque si no lo escribiera y sí lo pensara me sentiría más imbécil todavía.


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