La gente peligrosa es la que espera. No deberíamos temer a
aquellos que nos empujan cada día, que nos machacan y que hacen difícil nuestro
camino. Con el tiempo uno aprende a conocer la tempestad, y a esquivar los
obstáculos que se le presentan a la vista. La dificultad reside en esquivar los
obstáculos que no podemos ver; en saber reconocer de entre las personas que nos
acompañan con una sonrisa a aquellas que sólo están esperando. Esperando a que
tropieces, sólo para verlo en primera fila, y si es posible, hacer todo lo
posible para que no te levantes. El verdadero peligro no está en los que te
hacen caer, sino en aquellos que fingiendo ayudarte te mantienen en el suelo.
Ojalá seamos más listos o menos ciegos y sepamos diferenciar y alejarnos de ese tipo de personas.
ResponderEliminarQué buena entrada! Feliz Jueves! ^^
Muchas gracias por tu comentario, siento mucho mucho haber tardado un mes en responderlo!
EliminarDe la experiencia se aprende, lo importante es no tropezar con la misma piedra demasiadas veces :)