Desde que entré en la universidad he aprendido muchas cosas,
pero creo que la mayoría pueden resumirse en lo siguiente: nada ejerce más
efecto sobre las personas que las propias personas. Así formulado puede parecer
vago, pero con todo y con eso me sigue pareciendo fascinante. El hecho
revolucionario de darse cuenta de que tú mismo eres una persona, y de que eso
quiere decir que ejerces un efecto sobre los demás. Cada día que te levantas,
te encuentras con un conocido y decides saludarle o no, ya has ejercido un
efecto. A mi me cambia el día entero el hecho de que una determinada persona me
sonría o se pare a hablar conmigo o no;
y siquiera me estoy refiriendo a alguien por el que tengas algún tipo de
sentimiento romántico o que te atraiga, simplemente una persona. Quizá yo soy
vulnerable, muy probablemente. Pero la cuestión es, que la semana pasada por
ejemplo alguien me dijo “he estado pensando en ti estos días, me alegro mucho
de verte”, y me dio la sensación de que lo decía de verdad; estuve notablemente
alegre todo ese día, y parte del siguiente, sólo porque alguien a quien
aprecio, que me cae bien, se tomó la molestia de comunicarme que él me aprecia
también. Y quizá la palabra apreciar es demasiado fuerte, pero lo que quiero
expresar es que me parece increíble el hecho de que haya una sola persona en el
mundo, y no digamos más de una, que sintiera alguna cosa si yo me muriera ahora
mismo. Un “¡oh!”, una mueca triste o un “qué lástima” si lo dice de corazón.
Ese pequeño gesto quiere decir que hay alguien que prefería que yo estuviera en
el mundo a que no estuviera, y eso me parece maravilloso. ¿Os dais cuenta de lo
genial que es que alguien valore aunque sea mínimamente el hecho de que
existas? No sé, a mi me parece de agradecer.
Me siento muy pedante escribiendo este texto, más que nada
porque quiero decir algo muy sencillo pero no encuentro una forma más breve de
hacerlo, y además lo he encabezado con un “desde que entré en la universidad”.
Al principio pensaba, que si ejercemos ese poderoso efecto
en la gente (un pequeño gesto = posibilidad de un día entero alegre), es muy
importante aprovecharlo para ser agradable en la medida de lo posible y tratar
de hacer que el mundo sea mejor en la medida de nuestras posibilidades. Pero a
medida que la carrera fue avanzando, ese interés por la acción fue dando paso a
la pregunta de por qué sucede aquello. ¿Por qué tenemos tanta influencia? No
quiero generalizar porque honestamente no me atrevo, pero haciendo un análisis de
la persona que mejor conozco que soy yo, creo que es por inferioridad. La gente
tiene influencia porque la propia vida es como una película rodada en primera
persona, en la que el protagonista es siempre inferior que el resto de
personajes, les mira siempre desde abajo, observa y apunta, pero no se siente
digno como para aportar nada. En definitiva: cuando uno de los grandes
personajes se fija en nuestro protagonista, aunque sea por un instante, es una
revolución.
Hola,
ResponderEliminarpienso que la diferencia entre secundario y principal o protagonista no es tanto la vida que te ha tocado o lo que importes a los demás, más bien radica en cómo afrontas tu papel y lo representas (dando por hecho que en el fondo la vida es una película y todos somos actores en ella).
Así que, creo, todos somos principales, la cuestión sería saber de qué película.
Saludos.
Supongo que sí, aunque decir que todos lo somos me parece muy optimista, siempre hay actores puramente secundarios, quizá porque lo son incluso en sus propias vidas, y eso hace que proyecten esa imagen sobre los demás.
EliminarUn saludo y gracias por comentar, siento haberte respondido tan tarde!