24 de octubre de 2016

¿Qué les pasa a las películas tristes?

Siempre me ha fascinado cómo el cine puede hacernos sonreír, llorar, reír; lo mismo es aplicable a los libros, pero quizá me sorprenda más en el cine porque ocurre todo demasiado deprisa. En apenas dos horas te ha dado tiempo a sentir interés, curiosidad, a sonreír, a desear que pase una cosa u otra y a llorar como una magdalena. Todo ante una pantalla, al presenciar acontecimientos completamente ajenos a ti, que ni te van ni te vienen y en la mayoría de los casos ni siquiera existen: es todo pura invención, fruto de la imaginación de alguien, y sin embargo nos hace llorar.

A veces me pone triste que mi propia vida no sea como en las películas. Quiero decir, es obvio que la mayoría de la gente no puede tener una vida tan interesante, pero a veces me da pena que no se parezca ni un poquito. Incluso cuando una película es triste, a veces también me pasa esto; desearía poder sentir esa tristeza, tener un motivo tan importante para estar triste. Las personas de verdad sólo estamos tristes por estupideces.



Pese a todo, algunos días estoy haciendo cualquier cosa y me da por pensar “esto podría ser la escena de una película”; sería una película de mierda, pero bueno, el caso es que podría serlo. Todo podría ser rodado e incluido en una película independiente europea que a nadie le importa. Supongo que la vida no es más que eso: una película mala que nos esforzamos toma tras toma por mejorar, por que salte a los mejores cines y que tenga las mejores críticas. En último término, por que pasen 50 años y aun le siga interesando a alguien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario