9 de marzo de 2017

La vida es una mierda

En términos generales podríamos decir que la vida es una mierda. Salvo que seas terriblemente afortunado y tus padres tengan ─además de un gran corazón, instinto parental y tiempo para dedicarte─ un gran poder adquisitivo, desde que naces estás condenado a esforzarte día tras día para construir de cero toda tu vida. No una gran vida, sino una vida mediocre, con facturas, con decepciones, llena de resignación, frustración y fracaso; una vida de mierda. Así dicho puede parecer pesimista, pero estoy bastante convencida de que esa es la realidad que a la mayoría nos va a tocar vivir; otra cosa es que tú seas una persona optimista y agradecida y te tomes toda esa mierda de la mejor manera posible, llegando incluso a ser feliz pese a ella. Pero al margen de tu actitud, la mierda es la que hay. Aunque para algunos sea mucho más terrible que para otros.

Para intentar evitar la mayor de las desgracias, partiendo de la base de que has nacido en el primer mundo y en una familia estándar, tienes que evitar matar, robar, drogarte, estafar y en general hacer nada que pueda llevarte  20 años a la cárcel. Si haces alguna de esas cosas, no sólo habrás perdido gran parte de tu tiempo encerrado en contra de tu voluntad, sino que probablemente tendrás un terrible cargo de conciencia que marcará el resto de tus días. Pasando la fase negativa general, que es la de no hacer las cosas que no hay que hacer, tienes que centrarte en la positiva: lo que hay que hacer. Primero tienes que ir al colegio, portarte más o menos bien, aprender todo lo que puedas, hacer amigos que idealmente te durarán toda la vida, comenzar a socializar a otros niveles, escoger hobbies corrientes, practicar algún deporte, graduarte, elegir algún otro estudio posterior, esforzarte, echar currículums, conocer a alguien que te atraiga, trabajar 40 años en el mismo sitio, casarte, tener uno, dos o tres críos, ocuparte de ellos como 20 años, jubilarte, matar el tiempo con tu esposo/a, conocer a tus nietos, ponerte sensible y morirte. Eso más o menos es una vida estándar. Da un poco de miedo pensar que en ese molde de menos de diez líneas encaja la vida de la mayoría de personas de países desarrollados, o al menos de las personas que yo conozco. Visto como una fórmula genérica no parece demasiado interesante. Sin embargo, eso es más o menos lo que consideramos una vida ideal. Conseguir estabilidad económica, rodearte de amigos y familia que te quieran y morirte. Por el camino también puedes hacer otras chorradas como viajar, pintar o poseer una empresa, pero son al fin y al cabo detalles que no te alejan del ideal de vida propuesto de rodearte de las personas estándar adecuadas.

A mi nunca me ha terminado de parecer muy bien esa vida. No es que yo sea una persona especial precisamente, probablemente sólo se trata de que no se me da muy bien rodearme de personas que me parezcan adecuadas. El caso es que todo ese molde, no deja de parecerme un envoltorio cutre para la mierda de la que hablaba al principio. Al final la vida es la que es, y tú no dejas de ser otro pringado que pasó por ella con las mismas aspiraciones que millones de personas, sin que ninguno de esos objetivos vayan al final a ningún sitio. No voy a ponerme trascendental, en el sentido de qué significa tu vida vista desde una perspectiva de mil años. Pero digamos quizá cien, que no son tantos, muchas personas llegar a vivir más que eso. Yo tengo ahora 21 años, dentro de cien estaré moñeca. Mis padres ni te cuento. ¿Qué habrá sido de todas las conversaciones que hemos tenido esta semana? Pues nada. Nadie se acordará jamás de ellas, ni siquiera yo, y no habrán aportado nada a nadie que pueble la tierra en ese momento. Todo lo que a mi me sucede ahora, dentro de cien años dará completamente igual. Porque al fin y al cabo nuestras vidas son irrelevantes, no sólo en el horizonte de la historia sino ahora mismo.


He empezado a escribir este texto sin tener decidido hacia dónde quería encaminarlo, la verdad, como prácticamente todo lo que escribo. Supongo que la conclusión es que no es que haya que suicidarse, pero si lo haces pues tampoco es para tanto. Muchos filósofos han topado con esa conclusión en sus reflexiones, y la respuesta clásica suele ser algo así como “la vida es una mierda y no va a ningún sitio, pero no hay que suicidarse porque podemos tomar una determinada actitud ante ella”; y luego proceden a describir esa actitud que pese pretender ser original, a mi me parecen todas parecidísimas. Al final, ¿qué más da la actitud que tú tengas? Es lo único que puede hacerte la vida más fácil, sí, pero no dejas de estar centrado en tu vida, tus sensaciones, cómo tú te enfrentes a ella. Seguimos sin salir del problema, que era a dónde va la vida. La respuesta me parece simple, y bastante desalentadora. Pero si queremos ser sinceros y no espetar una doctrina hipócrita cuya única finalidad sea hacernos sentir un poco menos desgraciados, creo que lo único que se puede decir es que la existencia no va a ninguna parte.

6 comentarios:

  1. No sé si te has basado en Ciorán o en El club de la lucha, pero es lo que he pensado mientras leía la entrada. Me gusta. Me parece bastante optimista que consideres España "El primer mundo". En fin, al menos en la vida hay cerveza. Saludos.

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    1. En realidad lo escribí después de ver la segunda de Trainspotting. Y no me jodas con la cerveza, que soy celíaca jajjajaj

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    2. Vi la primera hace 2 semanas, buenísima peli, me encantó. Tengo que ver la segunda. Lo siento por lo de la cerveza, te acompaño en el sentimiento :'(

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  2. "... ponerte sensible y morirte."; eso de "ponerte sensible" es un eufemismo para querer no decir "te pudres en tu cama lleno de dolores, ahogos, te llagas hasta que no puedes más y, en el caso de que servicios sociales o tus hijos/familiares no te hayan llevado a una residencia, te vas consumiendo en la cama de un hospital tras el ingreso por pulmonía" y morirte. Pregunto.
    Es muy alentador leer jóvenes de 21 años que escriben eso. Si yo hubiese podido, con esa edad, me habría tirado al monte.

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    1. Es una opción, pero quería decir que es bastante común ponerte sensible a esas edades, incluso aunque estés en la mierda y lleves en ella toda tu vida. Supongo que la gente tiende a romantizar las cosas, a hacer de su vida una especie de relato épico aunque haya sido la sucesión de acontecimientos más coñazo del mundo. Y entonces se dicen cosas como "ha valido la pena todo el esfuerzo, todos mis años cotizados, sólo por ver a estos nietos tan guapos...". Pues no sé Manolo, yo no sé si tus nietos los futuros carne de influencer valen unos 600.000 €.

      ¿Qué quieres decir exactamente con tirarse al monte? ¿Qué habrías amochado allí rollo Clara la de Heidi o que te hubieras pasado a la vida rural?

      Un saludo y gracias por escribir.

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    2. Me refería a deshacerme de todos los vínculos posibles.

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