¿Me prestas un sentimiento?

Hoy en día todo el mundo escribe. Yo creo que la gente siempre ha escrito. Para conocerse a sí mismos, para desahogarse, para dejar constancia... pero hoy es diferente. Los tiempos cambian, las personas también, y los formatos desde luego.  Hoy escribimos en blogs, en facebook, en los pie de foto de instagram... la mayoría de la gente escribe para publicar, para mostrar, contenido listo para ser enviado y digerido. Todo el mundo tiene algo que decir. En principio eso, me parece bien; diría que es casi utópico. Una generación entera de personas que tienen algo que contar. Muchas de esas personas han llegado a publicar libros. Las editoriales se los rifan, y miles de seguidores esperan ansiosos a leer aquello que tengan que compartir con el mundo. De vez en en cuando, por medio de una publicación compartida, retweet, o lo que sea, doy un click y yo también lo leo. E increíblemente, me parece todo igual. Quizá es una sensación mía, pero diría que se está gestando una generación de escritores, poetas, cantantes, etc. casi clónica. Un ejército de barbas, septums y tatuajes que nada tienen que envidiarle a la legión favorita de Darth Vader. Todo el mundo escribe sobre lo mismo, le preocupa lo mismo y lo más inquietante: siente lo mismo. Es como si existiera una estructura base sobre cómo enamorarse, qué sentir hacia un amigo, o cómo estar triste. A veces pienso que estoy inmersa en una generación a la que Kirk Van Houten le ha prestado un sentimiento.